Hace unos días, un periódico local publicó un interesante reportaje sobre el aumento de cesáreas como forma de traer al mundo a los hijos de mi ciudad. Lo titularon "Epidemia de cesáreas" y se los dejo aquí.
Me encantó percatarme las muchas diferencias que observé entre la posición de la reportera y la mía, que he reporteado, pero que sobretodo, recientemente, he sido mamá, precisamente a través de una cesárea.
El reportaje descansa sobre un supuesto muy común en la sociedad, a saber: el aumento de cesáreas es debido a que la mujer lo solicita para evitar complicaciones y evitar el dolor.
Si esto fuera cierto, querría decir que la mujer está en el centro de las decisiones y de los procedimientos y procesos médicos y hospitalarios que atienden la maternidad y en México estamos lejos de que ésto sea así.
Esperando algún comentario de Uds queridos lectores, especialmente si son lectoras-madres, les comparto lo que he revirado a los reporteros y editores del periódico a.m.
Lo primero es que como lectora me siento muy complacida que el periodismo local que a.m. practica busque reflejar algunas tendencias importantes de la sociedad, y en especial de las mujeres y su tránsito por la maternidad.
Por experiencia se que es algo que en algunos aspectos está cambiando, pero en otros, las miradas y valoraciones siguen sobre supuestos muy añejos: algunos de ellos se colaron en su reportaje.
Lo primero es la afirmación de que “un mayor número de mujeres recurren a una cesárea para evitar complicaciones”. La decisión de practicar una cesárea recae normalmente en el ginecólogo, no en la mujer, pues es quien está facultado para valorar las complicaciones y por ende, evitarlas.
No niego que la tendencia sea al aumento de cesáreas, es una evidencia que hasta las abuelas o tías mayores pueden sostener. El valor del reportaje es indagar esas cifras.
Es muy interesante ver cómo el índice de cesáreas vs parto normal no guarda una pauta de hospitales privados vs hospitales públicos. Esto abona en no aceptar como válido que la mujer es la que decide la práctica de la cesárea.
Es relevante que la confirmación de esta tendencia se esté autoreforzando con el hecho de que una mujer que ha pasado por cesárea queda condicionada a traer al mundo a sus siguientes hijos por esta vía así como el aumento de bebés prematuros y de mujeres que llegan al parto sin atención médica previa, adecuada.
Creo que sobre estas dos pistas la reportera pudo ahondar más, para ver si es real que hay una relación prematuros-cesáreas ó embarazos sin atención-cesáreas.
Pero creo que se le escapa la pista principal: la relación médicos-cesáreas. Por experiencia, se que la mujer no es la actora principal en el nacimiento de un hijo. Así debiera ser pero no lo es. Nuestro sistema hospitalario (ni el público ni el privado) no está organizado para acompañar y atender a la mujer en el proceso de alumbramiento, que como señala uno de sus entrevistados, puede ser largo y lleno de incidentes.
En hospitales públicos aceptan a las mujeres hasta que tienen un cierto avance en el trabajo de parto para que los médicos se den abasto en la atención de las pacientes y en los privados se suele acelerar este proceso para que los médicos gestionen más rápidamente a sus pacientes y puedan irse a casa con los procedimientos resueltos.
No es “la comodidad” de la madre la que orilla a una cesárea. Incluso si una mujer busca prepararse para tener un parto normal (cosa totalmente olvidada en nuestros hospitales y clínicas) nada está puesto para que lo logre con éxito.
En hospitales públicos, para el trabajo de parto, que suele ser largo, la mujer debe estar sola (¿por qué no se permite el acceso de un acompañante para este trance?), sujeta a revisiones por numerosos médicos que normalmente no conoce y sin una explicación adecuada de los signos que médicos y enfermeras están tomando de su proceso. El tamaño de la población que se atiende es la tradicional excusa para que las salas de maternidad y la organización médica no se adecuen para poner a la mujer en el centro de este proceso.
En hospitales privados la cosa no es muy distinta. Aunque sí se permite una compañía para el trabajo de parto (en realidad a veces es inútil pues en el medio no hay ninguna capacitación para el esposo o pareja a fin de que proporcione una compañía confortante o eficaz en ese proceso) y el médico a cargo de las revisiones suele estar ligado al equipo médico del ginecólogo tratante, ahora se sujetan las decisiones al uso de ciertas tecnologías. La madre es recostada desde que ingresa al hospital para que el monitoreo fetal sea permanente siendo que las técnicas del trabajo de parto recomiendan a la mujer caminar. A menudo, la madre recibe, sin que se le advierta, dosis de medicamentos que aceleran los dolores de parto lo cual puede llevar a que la adaptación paulatina al dolor se corte y vuelva insoportable lo que probablemente habría de ser llevadero para la mujer si se dejara correr el proceso “natural” y si se le enseñara cómo manejarlo.
En definitiva, creo que su reportaje pone el dedo en una problemática muy importante de la maternidad contemporánea, a la que en seguida hay que asociar, por ejemplo la lactancia materna; hay muchos ángulos más que tratar y espero que sus reporteros y editores sigan sobre éstos.
Preguntarse por ejemplo, si hay –y debiera ser pública- una estadística de los ginecólogos u hospitales con más cesáreas, si hay una revisión por parte de la Secretaria de Salud sobre la aplicación de esta cirugía, qué tanto está impactando en la práctica de cesáreas el hecho de que la mujer esté retrasando la llegada de su primer hijo o cuáles son las razones por las que un hospital como el Materno Infantil tenga tan buenos resultados en contener el índice de cesáreas frente al hospital del ISSSTE, ambos hospitales públicos y reconocidos con el lema "hospital amigo del niño y de la madre".
De entrada, creo que cada vez habemos más mujeres que hacemos preguntas sobre el ser madres y lo que rodea este proceso. Algunas hemos buscado que ciertas cosas cambien, pero los dictados siguen siendo masculinos.
4 comentarios:
Rompí la cadena. Mi mamá y mi hermana tuvieron dos partos cada una con todo a su favor. Hoy sé que mi primer hijo nacerá por cesárea y no es una decisión que yo haya tomado. La circular de cordón que trae en el cuello, me orilla a traerlo así al mundo para evitar que se ahorque y sufra él y sufra yo. La decisión de si el bebé nacerá por parto o no, en muchos de los casos no recae en las mujeres. Es evidente que en la atención privada hay muchas más cesáreas que en la pública, porque una cesárea cuesta más. Pero hay veces que no tienes opción.
Me gusta la forma en que expones la postura de muchas de nosotras frente a la práctica médica al momento de dar a luz.
Espero pronto poderte contar mi experiencia, que si no he querido publicar en mi blog, es porque realmente creo que es "algo muy íntimo", pero no por ello, privado.
Un abrazo grande.
En relación al comentario de Mariana, precisamente creo que es valioso el reportaje de a.m. porque muestra que no, que en el ámbito público también hay índice de cesáreas muy alto (como el hospital del ISSSTE); lamentablemente el detalle de la información no da para hacer un análisis más a fondo. Por lo demás, como sabemos, los médicos de hospitales privados a menudo son también de hospitales públicos, por lo que insisto, la pista a seguir sería la de médicos-cesáreas; o mejor aún, analizar cómo un modelo de atención de la maternidad aplicado por una institución arroja ciertos resultados de cesáreas y de partos naturales.
Gracias Mariana y Blu, por la plática! Saludos a sus BB´s
No he sido mamá aún pero estamos en planes de eso, creo que siempre he querido tener un parto natural, al final la vida dispondrá pero no siempre es una desición que uno pueda tomar, nosotros de hecho queremos un hospital particular, es algo que hemos hablado Morley y yo, la verdad aunque esté o no entrenado el Morley quiero que esté presente en trabajo de parto, el saberlo junto a mi es lo más importante y creo que me daría menos miedo. El parir acostado desafia las reglas de la fisica (creo yo) así que ahora acá está muy de moda regresar a como se paria antes: parir en cuqlillas, en fin al parecer uno pone y Diso dispone no?
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