En este circuito que tenemos algunas amigas blogueras escribiendo sobre la maternidad, hace unos días una amiga publicó una entrada en que sostenía que había cosas como la lactancia y la estimulación temprana que estaban sobreestimadas en la actualidad.
Respondí como a quien le acercan un cerillo y se le prende la mecha, ja ja, o sea muy apasionada lo cual me dio risa pues creía que la maternidad me había traído una actitud de reposo en mis reacciones. Pero en ese rato estaba escribiendo lo siguiente:
No creo que la lactancia materna esté sobreestimada y para infortunio de nuestra sociedad tampoco está de moda (y por qué juzgar que lo estará cuando de eso está hecha la especie???) y claro que el niño crecerá mucho (de hecho, los niños criados al pecho son más magros, mas flaquillos pues) y nadie irá al infierno, y por supuesto se establecerá el vínculo madre-hijo; pero de que la mamá se perderá de momentos de intimidad increíble con el bebé, consigo misma, con la especie... En fin. Para mi lactar no es para nada jugar a la vaca lechera o una práctica que últimamente "se le impone a la mujer"; creo, mas bien, que lo que se le impone es que ya no lo haga porque hay sustitutos más cómodos e igual de buenos que lactar.....y ya no digo más porque justamente debo preparme para alimentar a mi bebé…..
Luego, como suele pasar en este medio, mi amiga siguió la plática y un tanto chiviada me escribió que lo suyo era una crítica a las fanáticas de la lactancia que desde su posición critican a otras mujeres que no pueden o quieren amamantar a sus hijos.
Reiteré: yo sí soy (no era, me he vuelto) fan (que no fanática) de la lactancia materna, pero estoy lejos de pensar o decir que quien no lacta a su bebé es menos mamá que quien sí lo hace.
Sobre la estimulación temprana no tengo mucho que decir, aunque en principio estuve decidida a llevar a mi pequeño, por angas o mangas nunca he asistido a una sesión, ni he comprado libros del tema ni nada por el estilo....
Por supuesto, he reflexionado y sostengo que la lactancia, como uno de los varios espacios-tiempos para la maternidad, se le ha ido escamoteando a la mujer y hoy se hacen cosas ilegales (como que cientos de mujeres no tengan horarios de lactancia en el trabajo) o injustas a la larga, como que tener que "renunciar" a un empleo formal con prestaciones, a quien decida abrirle espacio a la lactancia o a la crianza, en general. A la misma edad, y habiendo trabajado "lo mismo" que una mujer que regresa al trabajo cuando se el termina su cortísima licencia de maternidad, seguro yo no podré jubilarme o pensionarme porque me faltaran estos años dedicados a cuidar un hijito.
Mi punto nunca ha sido señalar a las mujeres que no pueden cuidar a su bebé, o se les permite hacerlo sólo hasta los 43 días (¿quién fijó esta fecha?) como quisieran y -yo sostengo- debieran tener derecho a hacerlo. Mi punto es señalar todo lo que se ha desarrollado, cultural y comercialmente, para distraernos de ese derecho, de esa hermosa y enriquecedora, también agotadora, por supuesto, posibilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario