El nombre del blog se ha vuelto premonitorio. Tardíamente ha llegado la maternidad a mi vida. Ahora me tocará esperar otros balbuceos y ayudar a que se produzcan. Sostengo que tener un hijo es como emprender un gran viaje. Yo ya compré el boleto y me han cortado el ticket. Este será el registro de este nuevo gran viaje; para algunos de Uds quizás perderá interés. Para mi, la necesidad de soltar palabras al aire en un campo abierto y con mucho viento, como es el Internet, también cambia.
julio 22, 2010
Dicen por ahí
El 10 de julio bautizamos a Santi. Era un momento que mi abuela Sara, desde la gloria donde mora, esperaba con ansia.
Yo también esperaba que pasara pues llevaba un par de meses organizando la reunión y creo que al final salió todo bien.
Quería verme muy bien y sentirme muy contenta. Así fue. Aunque casi no hubo tiempo de charlar con la parentela y amigos que nos acompañaron, la verdad es que me encantó que Santi pasara un día completo conociendo gente que lo quiere, abrazando y dejándose querer.
De las muchas cosas, felicitaciones y mensajes que ocasiones como éstas dejan, me dejó muy pensativa que muchas personas coincidieran en describir a mi bebé como un niño con una luz muy especial en sus ojos, una viveza particular en su expresión, una mirada escrutadora y atenta, una sonrisa fácil, pacífico y energético a la vez, y con una capacidad clara para entrar en confianza rápidamente y convivir incluso con los que apenas conoce.
Estas descripciones no son palabras mías, son expresiones que “cito de memoria”, dichas por personas que se toman en serio sus comentarios y que capté no las decían como simples cumplidos al festejado.
Al principio, me sonaba que eran dichos que se podían aplicar a cualquier niño (como ese que reza “este niño es muy inteligente”) pero luego vi que efectivamente otros niños pueden tener, pero en conjunto sí describen a Santi; además, me dejaron pensativa al asentir que bien pronto, y quizá hasta el final, de nuestra vida, nos estaremos preguntando cómo nos ven los otros, quién dicen que somos, qué encuentran en uno que a veces ni uno mismo puede mirar.
Aunque entienda que mi pequeño no está haciéndose a si mismo esa pregunta, quise registrar lo que dicen de él en estos cálidos días.
Nota bene: Como recuerdo-bolo del bautizo de Santi editamos un libro, bilingüe y numerado, sobre las andanzas y milagros de Santiago Apóstol. La pequeña pieza de literatura medieval fue traducida del francés al castellano por mi hermano Carlos y toda la edición e impresión corrió a cargo del Mtro. Benjamín Valdivia. Gracias por este detalle que nos ayudaron a materializar.
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