Recuerdo cuando mi admirado profesor Ilán Semo nos preguntaba con insistencia si se podía datar la aparición del concepto de amor en la modernidad....
Para los historiadores datar ha de ser un verbo esencial y a mi profe Ilán le salía como una auténtica preocupación en cada uno de los temas sobre los que versaban sus clases, interesantes, apasionadas.
Por supuesto, datar acontecimientos es más fácil de datar procesos humanos pero hay ocasiones en que uno está frente a éstos y hay que registrarlos. Así pasó el sábado con el otro Ilán, el mío bambino.
Acabábamos de llegar a Gogorrón y pasamos a la comida antes de instalarnos en la habitación. Previo a descargar las maletas del minifin de semana y para empezar a disfrutar del paisaje, Santi y yo nos quedamos en uno de los jardines. Eran las 5 de la tarde y Santi llevaba un pantaloncillo corto, azul marino. Lo bajé de la carreola, extendí una sabanita para recostarnos y boté mis birki. El pasto estaba recortado y un árbol grande nos refrescaba la sombra.
Sin más, Santiago pasó a gatear. Antes, en casa, había dado unos pasitos de gato, reptaba por las camas de una esquina a otra y por supuesto ya tenía controlado lo de sentarse desde la posición de acostado boca abajo.
El padre incluso reportaba a los abuelos que Santi ya gateaba pero ambos sabíamos que no, que en realidad, gatear lo que se dice gatear no lo había logrado.
Pero el sábado 29 de mayo fue distinto. Sus pequeños progresos y estancamientos en el proceso de gatear se esfumaron: allí estaba Santi gateando como si lo hubiera hecho desde siempre: coordinadas sus piernitas y brazos para el paso de gato, firme su abdomen para no caer al piso. Rodillas y pies al descubierto no se incomodaban con la textura del pasto. Santi estaba atento a alcanzar mis zapatos elusivos (yo los recorría para que siguiera gateando) así que gatear por primera vez parecía cosa secundaria.
Yo sé que no y porque me fue tan evidente este logro quise datarlo.
2 comentarios:
Ya lo creo ahora bien, que mi sobrino ahora si ya gatea y que ha sido un avance para él, que orgullo para sus papàs!!!!!
:) Los primeros logros de los hijos le dan sentido a muchas esperas pacientes.
Me alegra saber que Santi gatea y es independiente, no esperaría menos de un hijo tuyo.
Te mando un abrazo grande, Luis Emilio ya se sienta y aunque tambalea... se resiste a caer.
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