mayo 03, 2009

Movilidad

Sentir a la creatura moverse dentro de mi ha marcado un antes y un después en el embarazo.
Ya sé que la gestación se mide por semanas y se organiza por meses, pero sicológicamente (y por ende, emocionalmente… ¿o al revés?) creo que el momento clave es cuando una lo siente moverse no aisladamente o por casualidad, sino como me pasa a mi, casi a cualquier hora.
Como lo he contado, al inquilino lo vi moverse desde febrero, pero fue en la pantalla del ultrasonido y de no confiar tanto en mi doctor, hubiera pensado que me puso una grabación para ver actividad en el vientre aunque yo no sintiera nada…. Ese día no sabía bien si llorar o reir (creo que hice lo segundo) cuando observé cómo flexionaba su pierna y luego la volvía a extender. Pero, insisto, no sentí nada más, ni ese día ni las semanas que siguieron.
Las subsecuentes citas con el gine me emocionaban sobre todo por ver lo que no sentía. Hasta la de la semana pasada.
Ahora siento, sin duda o error, cuándo la creatura se mueve; de qué lado de la panza está y algunas variantes de lo que llamaremos genéricamente “pataditas”.
Los primeros días de estas sensaciones (ya dije que empezaron a ocurrir los últimos días en París) pensaba yo que el passenger respondía a ciertos estímulos como comer algo dulce o recargarme de su lado. Entonces creía leer que estaba incómodo con alguna posición mía al dormir o que se emocionaba con algo que a mi me pasaba.
A veces es lindo pensar así las cosas, en concreto los movimientos de la creatura. Pero en la última cita con el gine y la nutri despejé algunas incorrectas conclusiones a que había arribado.

-¿Tantos movimientos del bebé a estas alturas del embarazo (aún no entro al sexto mes) son indicios de que podría ser prematuro? R= No, el bebé crece no únicamente de alimentarse sino de moverse, como nosotros, y ahorita se mueve más porque tiene espacio.

-¿Es posible que el bebé responda rápido (digamos uno o dos minutos), con movimientos, al estímulo de la mamá comiendo un chocolate? R= No, químicamente no, pero aún sabemos muy poco sobre si el bebé capta los sabores agradables o no, y si responde a ellos.

-¿Las emociones de la mamá hacen que el bebé se mueva? (Lo pregunté porque en el cine el inquilino tuvo una actividad febril) R=Probablemente, pero estando en el cine el sonido envolvente quizá le estimulara más que las emociones mismas de la mamá ante la historia en la pantalla.

Resumiendo, hoy me queda claro que el passenger se mueve porque sí, porque lo necesita, porque le parece divertido, por que le place….. y quizá en algunas ocasiones porque yo lo provoco. Y esto es lo que me conmueve a mi: que él se mueva “independiente” de mi y que con eso me recuerde (a cada rato, en la madrugada, mientras como, en el cine o cuando me unto la crema) que él es él, aunque ahorita él y yo seamos uno mismo.

No hay comentarios: