Santi crece cada día. Podríamos decir que frente a nuestros ojos, pero yo sostengo que lo hace cuando me volteo a tomar las cosas para cambiarle el pañal o cuando lo dejo solo, durmiendo la mona. Y es que una casi no se da cuenta sino hasta el final de una semana, que su cuerpo de recién nacido, del largo de un antebrazo ahora puede medir del hombro a los dedos y que sus pies ya sobresalen de la hamaca en que se tumba para el baño.
Sin embargo, aún está en la temporada en que seguido hace algo por primera vez. Estos son sus estrenos más notables.
Su primera fiesta rumbosa: el 10 de octubre fue la boda de M y M en San Miguel Allende, en un jardín con espectacular vista a la ciudad, vestidos elegantiosos e invitados muy finolis. Santi hizo su primer viaje fuera de León precisamente a este evento social y parece que la pasó bien.
Su primera misa: lo llevamos cuando cumplió un mes a presentarlo al templo y agradecerle a Dios lo mucho que nos ayudó para que la creatura se fabricara con tanta perfección y detalle. La idea era que Pascual le diera la bendición pero ese día no ofició él sino el Padre Carlos, otro amigo de la familia. Yo estuve muy sensible porque una pareja de músicos, con su bebé al lado, cantaron unas canciones que me cayeron como anillo al dedo para pedirle a Dios que dirigiera su misericordia a mi bebé.
Las primeras 12 horas sin mamá: Temía mucho este momento pero al final todo salió sin sobresaltos. El 8 de octubre fui a tramitar mi título de maestría a la Ciudad de México. Después de mucho estudiar la mejor forma de ir y volver en el menor tiempo posible, salí en el bus de las 3:30 a.m. y a las 6 de la tarde ya estaba de vuelta en León. Ese viaje estuvo marcado por el ansia del regreso. Cada paso que dí, micro que tomé y trámite que realicé pensaba cuánto tiempo me tomaría y si no me retrasaría para regresar. Pero lo más hondo fue la sensación de que podía no regresar (ya saben, un accidente en la carretera, un asalto en el DF, je je) y eso me haría muy infeliz. Esta es la tercera vez en mi vida en que la sola posibilidad de un no-reencuentro me provocó una jaqueca y me hizo agua en los ojos.
Su primer baño fuera de casa. El 3 de octubre hubo cena en casa de los M&M, la tradicional del mes pero en versión recortada por que los amiguines C&C, pa variar, andaban en NY. Así que teníamos que resolver lo del baño de Santi sin causarle “muchos cambios” a su rutina, sabidos estamos de que esto le puede ocasionar dificultades para dormir. Pero un bebé siempre te da sorpresas: una se prepara para lo peor y resulta que no pasa nada. Santi tomó su baño en la tina de Jaz, cenó lo de costumbre y luego tomó la cama de los M&M para dormir hasta que sus papás decidieron cortar la velada. ¿A quienes afectan más los cambios de rutina? Je je.
Su primer llanto desconsolado. Hace unas tres semanas Santi estaba tomando su baño luego de un día ajetreado, con comida fuera de casa y mucha gente saludándolo, así que estaba cansado pero aún de buen humor cuando entró a la tina. De pronto, una gota de agua cayó en su ojo izquierdo y desató el llanto más sonoro, prolongado e intenso de toda su vida. Trk y yo no nos escuchábamos estando a menos de un metro de distancia simplemente porque el sonido del llanto saturaba toda la habitación. Todas las tácticas tranquilizadoras fracasaron y los padres nos sentimos inútiles y asombrados. No nos quedó de otra mas que confiar lo que dice la literatura del desarrollo del niño, que era el tipo de llanto por el que el niño logra retomar, solo, su equilibrio… Y sí.
Faltan algunos estrenos, como el de su primer estudio ante una fotógrafa profesional, la primera ropita que deja porque le ha quedado chica, su primera visita a un museo o la primera conferencia académica a la que ha asistido…. Eso será tema de próximas entradas. Aquí los esperamos.
1 comentario:
Ay amiga me haces suspirar, cuando te leo me dan muchas ganas de ser mamá...
Te abrazo!
Publicar un comentario