Santiago, anteriormente conocido en este espacio como el passenger, el inquilino, la creatura, salió al mundo el 5 de agosto de 2009, a las 17:35 hrs. para ser más exactos.
De tal suerte que lleva diez días en este nuevo mundo que es para él el estar fuera de su madre (pero muy pegadito a ella). Nacer ha de ser de las tareas más extenuantes de la vida porque Santi duerme en promedio 21 horas al día. Día y noche, sueño y vigilia son ritmos que él aún no comprende por eso da ternurita que a las 3:27 de la mañana se ponga coqueto, entone los ojos y se quiera poner a platicar….
Pero como sabrán, las cosas evolucionan rápidamente. Santi ha aprendido de cuál de los senos sale más leche, ya mete las manos cuando un pecho no le gusta y entre varias voces, puede reconocer la mía.
En cuanto a mi, el viaje de la gestación hizo un stop y retomó bríos (quizá incluso cambió de dirección, pero eso aún no lo sé) cuando escuché a Santi llorar por primera vez al salir de mi panza (pese a todos los preparativos para el parto, fue cesárea). No lo podía ver, pero temblar y llorar fue la única respuesta que tuve para ese momento.
En estos diez días mi mente también ha mutado. No me ocupo de lo que solía y que, por cierto, tanto placer me reportaba –como navegar, leer o postear, por ejemplo-. Tampoco se me antoja salir de casa ni ver más allá de los interminables e inexplicables gestos que el bebé hace cuando se separa del seno o termina de saborear la última mamada.
Lo que me preocupaba hasta la obsesión hace semanas hoy se ha diluído y ha dado paso a nuevas dudas y temores, más pequeños e inmediatos, quizá porque evolutivamente eso me permite que haya más espacio –en la mente, en el corazón, en el cuerpo todo- para este amor que crece minuto a minuto.
Quiero decir gracias a tod@s los que estuvieron al pendiente del nacimiento de Santiago, a quienes lo han venido a conocer y a quienes se alegrarán apenas ahora que reciban esta nota. Casi no estoy contestando mails pero reviso mi buzón regularmente. Mi celular está en silencio, para no agobiarme pues el teléfono siempre está más lejos que el bebé, pero he recibido todos sus mensajes y si no lo hice antes, ahora los agradezco de nuevo.
Aquí seguiré escribiendo y compartiendo el descubrimiento de este nuevo mundo que es Santiago en mi vida, pues escribir sí se me antoja y mucho, pero las letras también se congestionan, como los senos, cuando se empieza a lactar.
2 comentarios:
Qué belleza, qué paz y qué dulzura... cuánto amor sale de tí. ¡Viva Santiago! ¡Qué alegría que está entre nosotros! Te quiero mucho, Los quiero mucho. CARO
Todos los días me pregunto ¿cómo estarán?. Me imagino a Tarik con su sonrisota viendo a su hijo, y tú, con tu particular manera de acaparar el mundo de los que te quieren, pues ahí... llenándote de Santi y llenándolo de ti. Que cosas.
Espero pronto ir a León, y pasar a verlos. Les avisaré con tiempo para no causar molestias. Me muero por unas fotitos de Santi guapo él.
En fin... ya nos veremos para que me cuentes cómo son los primeros 40 días de madre... que dicen "son los más complejos". Sabrá Dios.
Besos grandes para ustedes.
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