febrero 06, 2009

Idea rotunda

Cuando yo me quería embarazar, deseaba que ocurriera porque tenía la fantasía que la sola idea de un bebé dentro de mi, iba a llenar toda mi cabeza.
Después de tres décadas en el mundo, descubriendo, pensando como principal actividad, quizá me había agotado de tantos proyectos en mente, de tantas posibilidades del futuro, de tantas críticas por armar y difundir, es decir, de tantas ideas en la mente.
Por eso me decía que quería tener un hijo, para que eso llenara todo el espacio-tiempo de mi mente.
Pero ahora que estoy embarazada, descubro que “la idea” de un hijo es enorme pero no lo llena todo.
Descubro que el proceso va, más bien, no porque la idea de la creatura que te habita, te llene, te sature, sino por esta fuerza de vida nueva que es la que en realidad te supera y la que le permite a una mujer embarazada, (o al menos a mi), salir de mi a pesar de mi.
No es un juego de palabras. Es algo que me ha pasado en este viaje y que de hecho, se me hace muy difícil poner en palabras.

2 comentarios:

La Blu dijo...

no pues ahora sí no entendí... ¿salir de ti a pesar de ti?

Explain to me.

Pillo dijo...

Si entendì... perfecto...