Cada madrugada se me va el sueño. Luego de que hago mi tercera y última parada nocturna al baño, al volver a la cama, ya estoy despierta.
Es un espacio de unos quince minutos en que cada día el sueño se me escapa. Y me pongo a pensar en él. Entre las 5:47 y las 6:22 hrs. ocurre este fenómeno. Mis ojos se abren y parece que mi descanso se ha completado. Podría ya quedarme de pie y empezar el día pero aún no ha clareado y el frío hace preferible volver a entrar en la nube que forma mi cobertor de plumas.
Es paradójico que me ocurra esto porque si algo “he padecido” con el embarazo es tener sueño a toda hora.
Pero bueno, el embarazo es una tautología: tiene varias cosas que se explican por si mismas: esto ocurre en el embarazo ….porque estás embarazada, me dicen. Je!
Creo que cada futura madre se imagina de algún modo a su futuro hijo con algunos rasgos. A mi eso no me ocurre. No aún. En mi mente no se dibuja ningún rostro, ningún color de piel, ninguna forma de reir. Pero en esos quince minutos me pongo a pensar en él.
¿Qué es pensar en alguien que aún no es alguien? Para mi, es pensar en la vida que se desarrolla a oscuras y en silencio, es la programación superior de desdoblarse a cada instante.
2 comentarios:
Todos los días, a las cinco y veinte me levanto al gimnasio. A veces me duele tanto el cuerpo o la cabeza que elijo quedarme acostada e ir por la tarde.
Cuando me quedo acostada pienso en ese bebé que aún no tengo. Pienso que cada vez que falto al gym, postergo su llegada.
Pienso en alguien que aún no existe, realmente no existe, sólo en mi imaginación.
Al menos ya somos dos pensando en personas que aún no "existen"... es un consuelo, sobre todo para mí.
chale, llorè mija, que bonito, neto...
Publicar un comentario